El sorgo (Sorghum spp.) pertenece al género de gramíneas oriundas de las regiones tropicales. Es una especie de rápido crecimiento, tolerante a la sequía y con menores exigencias nutricionales que el maíz o la soya.
Existen tres tipos de sorgo como recursos para la producción: los sorgos graníferos, los forrajeros o para ensilajes, y los de doble propósito que combinan ambas características. Su capacidad de adaptación a suelos y rusticidad, además de climas adversos, lo convierte en un cultivo básico en casi todas las zonas productoras.
El bajo costo de producción conlleva a un menor precio (al ser comparado con otros productos), además de que su elevado contenido de materia verde le otorga otras ventajas, como por ejemplo frente al maíz, considerando las diferencias en los aspectos nutricionales entre ambos cereales.
Un factor clave en la utilización del sorgo como grano es la comparativa entre éste producto y el maíz. Las características del sorgo son análogas a las de otros cereales competidores. Proporciona prácticamente la misma energía metabolizable que el maíz, tiene un contenido mayor de proteína bruta (aunque de menor calidad) y es relativamente rico en niacina, que es una vitamina importante en el consumo animal.
